El Regreso
El 14 de diciembre de 2003, tras años de ausencia regresó a su natal Guayaquil. El retorno lo celebró en un mítico concierto en el bar Piraña, con un lleno rotundo y un público que coreó sus canciones. No hubo promoción ni mucho menos, pero ya había ganado tantos fans en Montañita, que no le hacía falta publicidad. También se reencontró con Héctor Napolitano, un viejo amigo de la adolescencia, a quien hasta hoy acompaña en los coros, güiro y pandereta en sus conciertos.
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Alguna gente cree que Segovita vive bajo la sombra del Viejo Napo. Eso a ellos no les importa… son casi hermanos. Tanto, que decidieron hace poco construir sus casas en el kilómetro 16, cerca de la Penitenciaría. |
En el lugar “donde comíamos fritada y vacilábamos a las peroles, ahí fuimos cautivados por el eslogan de la urbanización que decía: Vive como aniñado y paga como chiro”.
A la hora de escoger el modelo de la casa, Segovita confiesa: “Napo pidió la casa más grande y la más cara, y yo la más pequeña y la más barata”. Quizá porque su equipaje nunca pesa demasiado y puede caber sin problema en cualquier parte.
Agradecimiento a: Galo Betancourt
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